viernes, septiembre 01, 2006

¿"Estable"?

.... y no me refiero a la salud física sino a la salud espiritual...
Durante mucho tiempo me enseñaron que las grandes pruebas del evangelio tenían que ver con el estado económico, con la salud, con las decepciones, con la falta de trabajo y con todo eso que nos da el diario vivir... gran error... esas son circunstancias, porque las grandes pruebas son las batallas espirituales que lidiamos desde que nos levantamos cada mañana.
La gran guerra espiritual se produce muy cerca de nosotros... (en nuestra mente)..

Quiero compartir algo que aprendí leyendo la Biblia.
Un proverbio afirma que lo que el Hombre piensa eso es...algo simple pero cierto..
Es decir, un pensamiento produce una acción (palabra o acto).
Jesús dijo:"De la abundancia del corazón habla la boca" y " el Corazón nacen los malos y buenos pensamientos"

Y siguiendo esta lógica estaremos en problemas cuando en nuestros corazones nazcan malos pensamientos (y no me refiero a cosas obscenas) sino a pensamientos propios de la naturaleza del hombre, pensamientos de miedos, de frustraciones, de angustias, de tristezas, de enojos, de ira, de envidias, de desánimo, etc. Estos pensamientos se prologan en nuestra mente, dando paso a actitudes y formas de vivir que se quedan pegadas en nosotros a través del tiempo y las excusamos como parte de nuestro carácter. Decimos... “es que tengo tendencia a la depresión”, “ soy así y tengo mal carácter”.."Soy enojona o enojón” , etc.. y cientos de frases más que las afirmamos pero no nos hacemos cargo de nuestro real problema...”nuestros pensamientos”.
Si bien hay una cuota de responsabilidad en Satanás que siempre se encargará de traer pensamientos negativos a nuestras vidas, otra gran cuota de responsabilidad es nuestra ..

..¿Qué pensamos habitualmente ?...
..¿Por qué dejamos surgir y alimentamos pensamientos de tristeza, de fracaso, de orgullo, chismes, pleitos?..
Es triste ver que muchos cristianos predican que desde que conocieron a Cristo son “los hombres más felices que pisan la tierra” y al otro día son la tierra que pisan los otros hombres, y no es que no podamos estar tristes, es más creo que el camino del evangelio acá en la tierra no es precisamente un edén, sino un camino con cruz. Sin embargo debe haber un sano equilibrio y una diferencia entre quien le sirve a Dios y quien no le sirve.
Como dijo Pablo” que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados, perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos”

Otro punto importante, son los pensamientos y posteriores actitudes que nacen de peleas, de chismes y pelambres. Estos son peores ya que no solo atentamos contra nosotros mismos sino contra nuestro prójimo.

Los malos pensamientos acarrean la enfermedad mas letal, del alma, la espiritual.
Muchos podrán concordar en que el clima que se vive en nuestras iglesias es el lugar perfecto para enfermarse espiritualmente. Es más, creo que es la cuna e incubadora de cualquier mal espíritu que quiera desarrollarse.
El darse cuenta de esta cruda realidad, impacta. Sobre todo cuando insisten en que te cuides del mundo y luego te das cuenta que el mundo esta hace ratito en nuestros templos y que realmente ir al templo todos los domingos resulta más riesgoso para nuestra salud espiritual que ver TV por decir algo. Ahí, somos espectadores de casi todos los pecados que se mencionan en la Biblia, sin entrar en detalles e ir mas allá vemos gente idolatra, mentirosa, adultera, etc.. La enfermedad espiritual es tan dañina porque produce la muerte del alma. Lo peor es que cuesta darse cuenta de que se está enfermo, porque no hay síntomas fisicos, ni visibles, ni dolores, es más, muchas veces esta enfermedad espiritual es tan cómoda para la carne que pasa desapercibida. Se cree estar sano, es más en algunos casos, se cree tener cierto grado espiritual y cierta madurez. Nuestra carne nos autoconvence que estamos bien, que es normal aceptar conductas y costumbres del mundo.

El permanecer “estables espiritualmente” y sin contaminarnos se ha vuelto una tarea difícil.
Todos en alguna medida hemos estado enfermos en nuestra mente y espíritu. Sin embargo Cristo nos hace libres y solo él es quien nos sustenta, él es nuestro fundamento y quien nos da la cobertura espiritual, pero si nos movemos de él quedamos descubiertos y expuestos a vivir como él mundo vive, buscando promesas de felicidad en los bienes materiales, buscando lo que ellos llaman el “éxito” , haciendo caso a los pensamientos y deseos de nuestra carne y entregando el control de nuestra vida.

Mira que tan importante es lo que pensamos, que el Señor nos manda a meditar en su palabra de día y de noche, y su palabra es vida, por tanto si meditamos en ella tendremos vida.

Es más si recordamos el primer mandamiento nos encontramos con que Jesús nos llamó a amarlo con toda nuestra mente...

“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (marcos 12:30)

Renunciemos entonces a nuestro razonamiento humano, dejemos de buscar el porque de las circunstancias nos toca vivir. Rindamos nuestra mente y como dice su palabra “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” y ..”.Renovaos en el espíritu de vuestra mente “.
Nuestra estabilidad espiritual y emocional siempre estará en Cristo.

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