domingo, febrero 03, 2008

Nuestra Responsabilidad en el Cuerpo de Cristo


(1Ts. 5: 14, 15).
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos”



Cuando pasamos a formar parte de la iglesia como miembros, el Señor nos da una función, nos hace miembros y junto con ellos nos otorga responsabilidades.

La primera responsabilidad es cumplir nuestra función, es decir, trabajar con los dones y llamado que él nos ha entregado, la segunda edificar la iglesia, el Cuerpo de Cristo.

Muchos cristianos se abocan a cumplir la primera responsabilidad en forma aislada, apartándose y olvidando la segunda y más importante de edificar el cuerpo de Cristo.

De nada sirve poner en práctica los dones y desarrollarlos si con esto no estamos edificando el Cuerpo. El anhelo de Dios y la comunión de la Trinidad divina manifestado en la creación " Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza" nos enseña que es vitalmente necesario trabajar en conjunto. Dios Padre llevó a cabo la creación, Cristo su hijo llevó a cabo el sacrificio
expiatorio para el hombre y el Espíritu Santo es quien trabaja perfeccionando a la iglesia hasta alcanzar la perfección y estatura de Cristo.

Nuestra responsabilidad como miembros del Cuerpo de Cristo es permitir que el Espíritu Santo more y haga vida en nosotros y guiados por él responsabilizarnos de los miembros más débiles así como de todo el Cuerpo.

Resulta extraño ver como hoy en día el interés personal de caminar en el evangelio toma importancia, solo nos preocupamos de nosotros, nuestras oraciones hacen mención solo a nuestras peticiones y a nuestras necesidades, olvidándonos de nuestros hermanos.

El Señor quiso usar la figura del cuerpo humano para ejemplificar a su iglesia, de modo que nadie pueda decir que no comprende como funciona el cuerpo, pues todos moramos dentro de uno.

¿Ha experimentado alguna vez una caída? ¿se ha dado cuenta como las manos acuden inmediatamente en defensa del cuerpo para amortiguar el golpe? o ¿ha tenido alguna vez alguna infección en su cuerpo? ¿ se ha dado cuenta como el organismo completo aisla el foco de infección en un solo lugar colocando la piel de otro color e inflamada para defenderse? o ¿quien no se ha dado cuenta como reaccionan los ojos al ver que algo pueda entrar en ellos?. Tenemos y hemos vivido mil ejemplos como este. Es entonces fácil deducir cual es nuestra responsabilidad con los otros miembros del cuerpo.

Pablo nos exhorta a alentar a los de poco ánimo a sostener a los débiles, a ser pacientes. A no hacernos daño el uno al otro. Recordemos que solo podemos permanecer vinculados al cuerpo de Cristo a través del amor.

Col. 3:14 “ Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”

A él sea la gloria

sábado, febrero 02, 2008

El camino del amor


1. Corintios
12:27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.
12:28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.
12:29 ¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?
12:30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿hablan todos lenguas? ¿interpretan todos?
12:31 Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aun más excelente
13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
13:2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy .


El apóstol Pablo escribió dos cartas a la iglesia de Corinto, en la primera carta ataca fuertemente cada uno de los vicios que se estaban dando en la congregación.
Es una carta de corrección donde en sus 16 capítulos aborda variados problemas tales como la división entre hermanos, la inmadurez espiritual, los pecados sexuales, las costumbres paganas, la idolatría, la centralidad de Cristo, el orden en el matrimonio, el orden en la iglesia, las ofrendas, el dar a otros, etc. Pero todos estos temas los basa en algo que él llama "un más excelente camino" .

En el cap.13 Pablo entrega una profunda revelación a los Corintios, todo lo que se haga en la iglesia, como cuerpo de Cristo se debe hacer a través de un sólo camino llamado "amor".
Seguramente hemos leído y escuchado el capítulo de esta carta en innumerables oportunidades, sin embargo, leerlo y estudiarlo en forma aislada pierde todo sentido.

Porque el amor necesita ser probado en el otro, en nuestro prójimo.
Aprender a amar a nuestros hermanos como Dios nos ama, no es una tarea fácil y hacer todas las cosas en amor tampoco lo es.

Pablo presenta en cada capitulo el problema que afectaba a la iglesia y lo corrige, no deja nada al azar o a criterio de los hermanos, sino que todo lo enseña y lo ordena, pero su real motivación al escribir es el amor por las almas.

Podemos tener dones, podemos ser profetas o maestros, pero sin no tenemos amor o no ministramos en amor de nada nos sirve.

Si amamos verdaderamente, tendremos que corregir, como dice en proverbios el padre al hijo que ama castiga.

Si amamos verdaderamente, tendremos que servir a nuestros hermanos y no
servirnos de ellos.

Si amamos verdaderamente, todo don y toda autoridad debe ser puesta en práctica
en amor.

1era. de Cor.13:13
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de
ellos es el amor"


A él sea la gloria