lunes, enero 16, 2012

Búsqueda

De tanta búsqueda con Alexis encontramos una congregación que nos llamó la atención, primero por su apego a las escrituras y segundo por su sencillez.

Ayer asistimos al culto y en realidad fue una grata sorpresa, ya no iba con ninguna expectativa mayor.

Creo que las expectativas las perdí hace rato.

martes, diciembre 20, 2011

De los premios, los aplausos y demases


Cuando era niña, lloraba en las graduaciones del colegio pero cuando fui creciendo me puse más racional y fue dejando la emocionalidad de lado. Con Alexis pensamos que somos jóvenes con cerebro de viejos. El tema es que a veces las cosas llegan cuando no las esperas o cuando no las valoras o no tienen el mismo sentido que antes.

La semana pasada asistí a la graduación del Magister que terminé gracias a Dios. El tema es que recibir diplomas y demases es hoy en día prácticamente un trámite, a tal punto que me paré en medio de la ceremonia y nos fuimos a cenar. Para mi sorpresa un llamado me informó que había obtenido el premio a la mejor alumna y no me había quedado lo suficiente para recibir el regalo correspondiente. El tema es que mi corazón se inquietó.

Reflexionaba lo que los aplausos pueden producir en el corazón del hombre. Nuestro corazón siempre vanidoso espera ser reconocido, alabado.

Mi maestro en cambio optó por no recibir su gloria en esta tierra. Cuando alguien lo llamó bueno en medio de una conversación, él reparo en aquella pequeña palabra y de inmediato dijo : ¿Porque me llamas bueno?, solo Dios es bueno.
No me imagino a Jesús aquí en la tierra recibiendo premios al mejor maestro o al mejor sanador, o al mejor profeta.
Sin embargo, siempre dio toda la gloria a su Padre Dios eterno.

Reflexionaba en que los aplausos y reconocimientos no me han hecho bien, en alguna oportunidad crearon en mí una especie de falso orgullo y mi corazón se entregó y acostumbró fácilmente a recibir este tipo de gloria.

En fin y para decir la completa verdad, en realidad yo no soy buena, ni soy la mejor.
Por tanto los aplausos y mis logros en realidad son tuyos, mi Dios y optaré de aquí en adelante por no quedarme a recibirlos.



viernes, julio 15, 2011

Que necesitamos un padre .. y dale!

Que si vas una congregación, que porque estás yendo ahí.
Que si te esfuerzas por estar en todos los servicios, es porque te crees santo.
Que si no vas mucho, es porque no eres comprometido con el evangelio.
Que si no te congregas, es porque estas descarriado (como tren descarrilado y no importa si sigues creyendo en Cristo, orando y leyendo la biblia, te sancionan).
Que si les dices sus verdades, aciertos y errores, es porque estas herido (o estás amargado).
Que si haces estudios bíblicos en casa, es porque eres un desordenado (ojo que sólo es sentarse a leer la biblía y compartir, ¡Que tiene de malo!).

Y lo que faltaba, la pregunta del año ¿bajo qué cobertura están?
Entonces les explicas que sólo somos un grupo que se junta a leer la biblia y a compartir, ¿hace falta tener algo más?
Entonces salen con la siguiente “declaración” (como ellos dicen) “Les hace falta un padre”.
Que!!! Digo yo… un padre? y me pregunto ¿Dios no es suficiente como Padre?

No!!! te dicen hay que buscar un padre espiritual que te de cobertura y te aseguran que de esa forma estarás en lo correcto y te hablan de alcanzar niveles de adoración que ellos han alcanzado.

Como explicarles sino te quieren oir.

No pueden entender que los procesos que vivimos son diferentes, que aunque temporalmente (o en el futuro) no nos congreguemos, seguimos y seguiremos siendo parte de del cuerpo de Cristo, porque lo somos, y que seguimos morando en su casa (porque no hemos salido de ella) y por ende seguimos teniendo un Padre.

Nuestro Dios siempre es y será más que suficiente.

sábado, enero 22, 2011

Empezando el año, terminando el Magister.

Enero de 2011 y con muy poco tiempo para hacer nada.
Por esto del terremoto y los arreglos del departamento nos tuvimos que trasladar de casa por unos meses, sumado a eso estoy finalizando el magister por las noches y ha sido realmente agotador.
En clases mi cabeza se vuela y mi atención también.

Por estos días y en paralelo sigo leyendo el libro de P.Yancey “ La oración”, junto con este libro tengo otro que se llama “porque no apartarse de una iglesia”, ya lo leí, pero cada vez que paso y veo este libro sigo añorando y pensando que cuando termine el magister encontraré una congregación en donde pueda recuperar la ilusión de la iglesia en comunidad.

De todas formas no puedo negar que los estudios bíblicos en casa han aportado bastante a recomponerme, eso sí con sus altos y bajos en el grupo de participantes.

jueves, enero 06, 2011

Desilusionada, desencantada, etc.

“…Sucede que una persona desilusionada nunca más se vuelve a ilusionar. Y, en ese proceso, me vi obligado a separar las desilusiones de los desencantos. Pues, al contrario de los desilusionados, los desencantados pueden volver a encantarse nuevamente”. Ricardo Gondim.


Sí eso el que siento. Desilusión de la religión, desencanto de las congregaciones.
He sentido un montón se desilusión de desencanto, con personas y con instituciones.

Si esto es parte de la madurez, no pensé que doliera así.
Es triste, esto de sentirte a ratos sin hermanos en la fe, o si están, suelen ser tan lejanos. Viven pegados en temas que yo ya no quiero hablar (será bueno bailar?, se enojará Dios conmigo si…?, esto será la voluntad de Dios?). Es como si el tiempo se hubiera estancado y ellos siguen allí en lo mismo sin avanzar.

Estoy desilusionada de la religión. Miro y veo que a mis hermanos los tratan como niños, no los dejan pensar, ni leer, ni tampoco crecer. Los someten (por amor a la obra) a servicios que no son precisamente de la obra. Los llenan de promesas de prosperidad, de falsas expectativas y no les muestran el evangelio de la cruz. Luego los veo tristes, sin entender el porqué de las cosas que le suceden.

Me duele ver que utilicen a los hermanos para beneficio personal y me pregunto:¿cuándo ellos se darán cuenta? ¿cuándo saldrán de esas cuatro paredes?.
O bien si se dan cuenta, disfrutan con ese tipo de evangelio.

En fin, quizás no hay que desgastarse el alma cuando no hay remedio.

viernes, marzo 19, 2010

El terremoto y sus réplicas

3:33 de la madrugada, piso 18, terremoto grado 8,3 en Santiago.
Con mi esposo dormíamos plácidamente luego de nuestras vacaciones en el Sur del país. Aunque muchos no nos crean, Dios de alguna forma nos fue avisando, sueños con olas repetitivos entre algunos amigos cercanos y nosotros durante meses anteriores. Aunque no sabíamos lo que vendría de alguna forma estábamos más preparados.

Durante nuestra última semana de vacaciones decidimos volver antes de lo pensado y fue lo mejor.

En mi vida he presenciado dos terremotos, el de 1985 grado 7.4 en Santiago y este último. Bueno todo compatriota sabe que durante su vida deberá al menos afrontar 3 o 4 terremotos y yo ya voy en los 2.

Durante el sismo despertamos rápidamente y por la duración y fuerza supimos que el tema era mayor. En un minuto fue tanto el impacto y el movimiento que con mi esposo clamamos a Dios y oramos para que él hiciera su voluntad con nosotros, ya a esa altura (literalmente) estábamos entregados.
No nos podíamos sostener en pie, así que sentados él en la cama y yo en suelo decidimos esperar a que pasara. El entorno no ayudaba mucho a la tranquilidad, todo oscuro por un corte generalizado de electricidad, gente gritando de otros departamentos y el esqueleto de fierros del edificio que crujía con un sonido muy feo.
Luego cuando finalizó tratamos de buscar una linterna y bajar los 18 pisos antes de las nuevas réplicas (ni me acuerdo como los bajé), tomamos el auto y fuimos a ver a nuestros padres.

En fin, a Dios gracias nuestras familias, amigos y hermanos en Cristo, todos bien.
Siempre vemos la misericordia de nuestro Dios en que no ocurrió un día de semana, en horario laborar, con niños en los colegios. Pudo ser más fatal aún.
En regiones cercanas al epicentro el clima fue de horror. Negligencias de comunicaciones fueron responsables de cientos de muertes.

La lección aprendida, plan de contingencia para mejorar las comunicaciones y los sistemas de alerta. A la comunidad que este siempre preparada con agua, linternas, comida no perecible, etc. . ya que en un país sísmico esto ocurre a menudo.

En cuanto a las congregaciones y pastores, se reunieron para pedirse perdón para arrepentirse, para unirse.

En realidad, le veo mucho más futuro a un plan de contingencia del gobierno.

sábado, enero 10, 2009

Cuando tuve que partir …

Hace bastante tiempo que no escribía y es que estuve herida.

¿Que me hirió?.. Me hirieron la hipocresía dentro de un lugar que llamamos “refugio”, la falta de amor por las almas (ovejas- personas), me hirió la mentira, me hirió la traición, pero sobre todo me hirió el poco cristianismo en la “Casa de Dios” (como si un lugar lo pudiera contener) y de pronto tuve que partir, pero tuve que salir corriendo, herida y sangrando. No hubo oportunidad para las despedidas, no hubo espacio para cumplir con el protocolo y salir por la “puerta” como ellos llaman, protocolos que por lo demás, hace rato también los había dejado de cumplir.


Aquellos que llamaba “hermanos” y de los cuales no he sabido mucho, extrañamente han preguntado por mí, pero desde lejos, desde su lugar inmóviles, mandan “afectuosos saludos”, creo que estaban más interesados en los motivos de mi salida que en mi.


Con todo, las heridas no fueron el motivo de mi partida. Pero aunque lo explique pocos lo entenderían. No me di ni cuenta como ocurrió, todo fue tan rápido. Al salir corriendo, me despoje de mis últimas vestiduras de religión, de reglas humanas, de los restos de su “sana doctrina” que cambie por la biblia hace algunos años. Se me cayeron en el camino los “sueños de cambios” y no me devolví a recogerlos porque ya no los quiero, simplemente porque ellos nunca los quisieron, son felices así.


Al salir corriendo me encontré con mi Padre, Él como siempre se encargo de curar y vendar mis heridas y me puso de pie de nuevo, lista para seguir caminando, me ordenó partir y perdonar (lo que no ha sido fácil) y me llevó a un nuevo tiempo, tiempo que aún no conozco bien, porque no me es familiar, a una tierra que nunca he pisado, pero en la cual ahora debo habitar.


Hoy seis meses después y pese a todo, aún sigo creyendo en la Iglesia de Cristo, casi como una Utopia. Me encuentro con ella cuando navego por Internet y encuentro a los otros miembros que cuentan de sus caminos en sus blogs, en las largas conversaciones con Alexis, en las juntas esporádicas con algunos amigos que también son extraños y apartados, como de otro mundo.


Hoy me acoge un nuevo lugar, una Iglesia sencilla sin nombre o denominación (raro de encontrar) donde no importan las vestimentas y la corbata no tiene un sillón de honor, me siento en un lugar poco visible domingo tras domingo, todavía no me conoce nadie, pero en realidad eso no importa, porque aún así me siento parte, parte del Cuerpo de Cristo.