jueves, enero 06, 2011

Desilusionada, desencantada, etc.

“…Sucede que una persona desilusionada nunca más se vuelve a ilusionar. Y, en ese proceso, me vi obligado a separar las desilusiones de los desencantos. Pues, al contrario de los desilusionados, los desencantados pueden volver a encantarse nuevamente”. Ricardo Gondim.


Sí eso el que siento. Desilusión de la religión, desencanto de las congregaciones.
He sentido un montón se desilusión de desencanto, con personas y con instituciones.

Si esto es parte de la madurez, no pensé que doliera así.
Es triste, esto de sentirte a ratos sin hermanos en la fe, o si están, suelen ser tan lejanos. Viven pegados en temas que yo ya no quiero hablar (será bueno bailar?, se enojará Dios conmigo si…?, esto será la voluntad de Dios?). Es como si el tiempo se hubiera estancado y ellos siguen allí en lo mismo sin avanzar.

Estoy desilusionada de la religión. Miro y veo que a mis hermanos los tratan como niños, no los dejan pensar, ni leer, ni tampoco crecer. Los someten (por amor a la obra) a servicios que no son precisamente de la obra. Los llenan de promesas de prosperidad, de falsas expectativas y no les muestran el evangelio de la cruz. Luego los veo tristes, sin entender el porqué de las cosas que le suceden.

Me duele ver que utilicen a los hermanos para beneficio personal y me pregunto:¿cuándo ellos se darán cuenta? ¿cuándo saldrán de esas cuatro paredes?.
O bien si se dan cuenta, disfrutan con ese tipo de evangelio.

En fin, quizás no hay que desgastarse el alma cuando no hay remedio.

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