Hace ya 8 años que en un día como hoy perdí a una amiga...ella tenía 21 años y yo 23, nos criamos juntas en el templo y compartimos muchos momentos de nuestra vidas, cumpleaños, penas, alegrías, enfermedades, conflictos, reuniones, ensayos, vacaciones y otras muchas cosas más....y claro está...cuando sucedió su partida y por la forma en que pasó .. surgieron muchas preguntas... , se derribaron mitos y seguridades en mi y bueno me di cuenta que aquel versiculo en que Dios nos promete que aún ni un cabello de nuestra cabeza perecerá sino fuera por su voluntad, se refería a la cobertura espiritual que él nos dá, por algo Jesús nos advirtió que tuvieramos más cuidado de aquel que podía matar nuestra alma..más que nuestro cuerpo.
Muchos sueños terrenales de ella llegaron a su fin, estudios, proyectos, su trabajo en la iglesia, el panel, en fin... sin embargo y lo bueno es que ella llegó a un mejor lugar y está con Cristo, cruzó al otro lado del río...(como ejemplifica el libro el camino del peregrino) .
Con su partida todos (sus amigos y familia) aprendimos a valorarnos más a unirnos, a decirnos las cosas buenas en vida, aunque por distintos motivos muchos de aquellos "amigos" estamos distanciados.. quizás no supimos hacer perdurar nuestra amistad, más allá de las diferencias de pensamientos. Con algun grado de nostalgia recuerdo nuestras juntas.., el cariño y las fotografías siempre estarán presentes.....ojalá que algún día nos volvamos a juntar...los que quedamos....
Cada persona que se cruza o pasa (por decirlo de alguna manera) por la vida de uno, nos deja algo que admirar o que recordar o nos enseña que algo no debemos hacer etc.,.
También esta fecha me hace recordar que nuestra vida terrenal llegará a su fin ...y que nada es eterno, y algún día de estos el Señor vendrá por nosotros ya sea por todos o bien en forma individual...
Preocuparnos de estar listos debe ser nuestro afán..
y como ando media nostalgica ....aqui van unas líneas que me identifican mucho..
"Sólo he cruzado al otro lado del río.
Yo soy yo, tu eres tú, siempre seremos
aquello que éramos el uno para el otro.
Dame el nombre que siempre me has dado,
háblame como siempre lo has hecho,
no emplees un tono diferente,
no utilices un aire solemne o triste.
Continúa riendo de las cosas que juntos nos hacían reír
ora, sonríe, piensa en mi."
